noviembre 25, 2025

Cifras alarmantes: Conmebol analiza el impacto de las conmociones cerebrales en el fútbol sudamericano

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Claro. Aquí tienes el artículo escrito con un estilo periodístico argentino.

Sobre el impacto de las conmociones cerebrales en el fútbol sudamericano

La Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) ha dado a conocer el primer estudio prospectivo a gran escala sobre conmociones cerebrales en los torneos masculinos continentales, luego de tres años de análisis entre 2022 y 2024. Este relevamiento, coordinado por la Comisión Médica y la Unidad Antidopaje, abarcó la observación de 930 partidos oficiales y más de 5,900 jugadores de edades entre 15 y 44 años, cubriendo competiciones como la Copa Libertadores, la Sudamericana, y otras organizadas por el ente regional. Osvaldo Pangrazio, presidente de la Comisión Médica, destacó que esta centralización de datos representa una «oportunidad única» para comprender un problema que a menudo pasa desapercibido, pero que compromete la salud presente y futura de los futbolistas.

El dato central es alarmante: se registraron 27 conmociones cerebrales que obligaron al jugador a abandonar inmediatamente el campo, con una tasa de 2,6 casos cada 1,000 horas de juego, según los reportes de CONMEBOL. Además, el estudio revela patrones que podrían ser clave para la prevención: el 37% de los casos ocurrió entre los minutos 21 y 45 del partido, y casi el 60% afectó a jugadores del equipo visitante. Aunque las conmociones fueron la cuarta lesión más frecuente, el ranking lo encabezaron las contracturas musculares, seguidas por desgarros y esguinces de tobillo. No obstante, la gravedad de un trauma craneoencefálico no se compara con una distensión muscular: su impacto puede ser tanto inmediato como a largo plazo y su adecuada identificación en el campo es crucial para evitar consecuencias a futuro.

La investigación también exploró factores ambientales, geográficos y logísticos: desde la altitud de las ciudades sede (con mayor incidencia de lesiones entre 1,000 y 3,000 metros sobre el nivel del mar), pasando por la distancia de los viajes y la temperatura, hasta la localía o la visita como variable sociodeportiva. Sin embargo, ni la época del año, ni la distancia recorrida, ni la temperatura mostraron una influencia estadísticamente significativa sobre la frecuencia de estas lesiones. Lo que sí quedó claro es que los equipos locales sufrieron más lesiones que los visitantes, aunque el motivo no fue detallado en el estudio. Este nivel de análisis epidemiológico marca un antes y un después en el manejo sanitario del fútbol sudamericano, un deporte que, aunque no es tradicionalmente asociado al contacto extremo, enfrenta nuevos desafíos en materia de prevención.

Para abordar este problema, CONMEBOL implementó el Protocolo de Reconocimiento Rápido de Conmociones (CFRP), inspirado en la herramienta SCAT pero adaptado a la realidad cultural y comunitaria de la región, disponible en español, portugués e inglés. Este documento requiere que los médicos de cada equipo completen un informe tras cada partido, aun cuando no se presenten incidentes, reforzando así la trazabilidad y la vigilancia activa. Según los expertos, la mayoría de las conmociones en el fútbol se producen por contacto entre jugadores —choques de cabeza, codazos— y no tanto por el balón, como suele pensarse. La implementación de este protocolo, culturalmente sensible, representa un avance en la homologación de normas de seguridad y en la protección de los futbolistas, aun en un contexto donde la presión por la victoria a veces deja en segundo plano el cuidado de la salud.

Finalmente, el estudio recuerda que el problema de las conmociones cerebrales deportivas es global: se estima que cada año ocurren entre 1.7 y 3.8 millones de eventos de este tipo en el mundo. El fútbol, aunque con índices menores que deportes de contacto más intenso como el fútbol americano o el rugby, no es ajeno al problema. El desafío es claro: concientizar a los cuerpos técnicos, árbitros, jugadores y prensa sobre la importancia de la detección precoz, la correcta atención y el seguimiento de los casos, dado que el impacto post-conmoción puede manifestarse días después y no siempre es visible en la cancha. A través de este estudio y su protocolo, CONMEBOL se posiciona a la vanguardia regional de la medicina deportiva. Sin embargo, como en todo, el siguiente paso recae en la adopción responsable por parte de todos los actores del fútbol: la salud de las futuras estrellas depende de las acciones que se tomen hoy.