noviembre 25, 2025

Crucero del Norte: de jugar en Primera División hace una década a competir en un torneo amateur

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El club Crucero del Norte, originario de Misiones, es protagonista de una de las historias más impactantes de los últimos años en el fútbol argentino. Apenas una década atrás, el “Colectivero” tocaba el cielo con las manos: disputaba partidos en la Primera División, enfrentando a gigantes como Boca Juniors y River Plate. Sin embargo, el presente dista mucho de aquellos días de gloria: tras perder recientemente 4-1 como local ante Boca Unidos, el equipo descendió del Federal A y deberá jugar en el Torneo Regional Amateur, una competencia que ni siquiera es completamente profesional.

El ascenso meteórico de Crucero del Norte quedará grabado en la memoria del fútbol misionero. En 2014, logró el histórico pase a la máxima categoría del fútbol argentino, ubicándose por primera vez en la elite y paseándose, aunque sea por una temporada, entre los equipos más reconocidos del país. Esa ilusión duró poco: en 2015 perdió la categoría y comenzó una caída que jamás logró revertir.

El descenso más reciente no solo marca un nuevo retroceso deportivo, sino que también acarrea consecuencias institucionales y económicas para el club. Al abandonar la tercera divisional, Crucero deja de participar en certámenes de plaza fija y se suma tanto al Torneo Regional Amateur como a la Liga Posadeña, la competencia local de Misiones para la temporada 2026/2027. Este nuevo escenario es radicalmente distinto al que vivió el club hace solo diez años: de recorrer estadios emblemáticos y captar la atención del fútbol nacional, pasó a pelear por subsistir en el efímero mundo amateur.

Lo que sucedió con Crucero del Norte no es un caso aislado, sino que expone la fragilidad del fútbol de ascenso en Argentina. Pese a la profesionalización que caracteriza a las primeras divisiones, subsisten profundas desigualdades y estructuras inestables en el interior, donde los clubes dependen en gran parte de ayudas estatales esporádicas, aportes de empresas locales y, en no pocas ocasiones, de la pasión de su gente para resistir los embates económicos y deportivos.

El futuro inmediato se vislumbra complicado para Crucero del Norte. Sin la visibilidad ni los ingresos de la alta competencia nacional y sin la seguridad de plazas fijas, el desafío será reinventarse desde abajo. La historia reciente funciona como cruel recordatorio de lo efímero que pueden ser los sueños en el fútbol argentino, donde ascender es tan difícil como sostenerse, y el derrumbe, a veces, puede llegar en apenas una década.