diciembre 11, 2025

Después de 58 años, Estudiantes y Racing se enfrentarán nuevamente en una final

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Estudiantes y Racing se reencuentran en una final después de 58 años, en un cruce que mezcla historia pesada, heridas viejas y un presente cargado de expectativas. Esta vez, el escenario será el estadio Único Madre de Ciudades de Santiago del Estero, donde el próximo sábado 13 de diciembre, desde las 21, se definirá el Torneo Clausura 2025, el último título grande del año en el fútbol argentino. No es solo una estrella en juego: también está en disputa un boleto directo a la Copa Libertadores 2026 y la chance de ganar un lugar en el Trofeo de Campeones.

El antecedente que marca esta final remite a 1967, cuando Estudiantes de La Plata escribió una de las páginas fundacionales de su mística: goleó 3-0 a Racing en la definición del Metropolitano, en la vieja cancha de San Lorenzo. Desde entonces no volvieron a cruzarse en una instancia decisiva, pero el recuerdo de aquella noche quedó grabado de los dos lados. Para el Pincha fue el primer gran golpe en la élite; para la Academia, una caída que aún se menciona cuando se habla de finales perdidas. En Santiago, el duelo tendrá la carga simbólica de una revancha largamente postergada.

El camino de ambos hacia esta final tuvo un denominador común: carácter en momentos límite y triunfos en campos ajenos. Racing se metió entre los dos mejores después de una serie de mano a mano exigente: dejó en el camino a River en octavos (3-2), superó a Tigre por penales tras empatar 0-0 en cuartos, y dio el golpe fuerte en semifinales al eliminar a Boca en la Bombonera, con un 1-0 firmado por Adrián “Maravilla” Martínez. El equipo de Avellaneda llega con la confianza de un año en el que ya se consagró en la Recopa Sudamericana y alcanzó las semifinales de la Libertadores.

Estudiantes construyó su llegada a la definición desde un lugar menos cómodo: se clasificó octavo en el Grupo A y debió jugar toda la fase eliminatoria como visitante. En octavos se impuso 1-0 a Rosario Central, en cuartos repitió marcador ante Central Córdoba y en semifinales golpeó en el clásico platense, derrotando 1-0 a Gimnasia en el Bosque con un gol de Tiago Palacios, luego de una asistencia de Edwin Cetré. Cada partido fue una batalla cerrada, sin margen de error, y el equipo de Eduardo Domínguez mostró una solidez defensiva que se volvió marca registrada en este tramo final del torneo.

El contexto también juega su partido. El Madre de Ciudades se consolidó en los últimos años como escenario habitual de definiciones del fútbol argentino y ya alojó múltiples finales de liga, copas y supercopas. Estudiantes conoce bien el estadio: allí levantó la Copa de la Liga 2024 y el Trofeo de Campeones ante Vélez, festejando en ambas oportunidades. Racing, en cambio, no guarda buenos recuerdos del reducto santiagueño: perdió allí una final de Supercopa con una goleada en contra. Entre la historia larga de 1967, las rachas recientes en Santiago y el presente futbolístico de ambos, la final asoma como algo más que un simple cierre de torneo: es una cita con el pasado, una prueba de carácter y la posibilidad de escribir una nueva línea en una rivalidad que tardó casi seis décadas en volver a definir un título.