Ariel Holan dejó de ser el entrenador de Rosario Central tras el título de liga
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Ariel Holan dejó de ser el entrenador de Rosario Central y el sacudón se sintió fuerte en Arroyito. La decisión se oficializó horas después de que el equipo recibiera el premio de “Campeón de Liga 2025” y, casi en simultáneo, de la eliminación en los octavos de final del Torneo Clausura, un combo que expuso las luces y sombras de su ciclo al frente del Canalla. El anuncio llegó mediante los canales oficiales del club, con la ya clásica fórmula de la “rescisión de común acuerdo”, una frase que enmascara un cierre anticipado: el vínculo estaba previsto hasta fin de año, pero ambas partes entendieron que el final debía adelantarse.
En lo estrictamente deportivo, el paso de Holan por Central deja números muy difíciles de discutir. El equipo fue el mejor de la tabla anual, terminó coronándose en una Liga cuya definición generó tanta polémica como debates en todo el fútbol argentino, y sostuvo un rendimiento alto a lo largo de la temporada. Bajo su conducción, el Canalla se acostumbró a pelear arriba, a sostener una idea reconocible y a potenciar la jerarquía de nombres de peso, entre ellos Ángel Di María, figura determinante en el tramo final del campeonato doméstico. Ese contraste entre la solidez estadística y la salida prematura es uno de los puntos que más ruido genera en el mundo auriazul.
La otra cara del ciclo, la que terminó inclinando la balanza en la dirigencia, estuvo en los mano a mano. Central acumuló tropiezos consecutivos en instancias decisivas: cayó en los cuartos de final del Torneo Apertura ante Huracán en el Gigante, se despidió en octavos del Clausura frente a Estudiantes y también quedó afuera temprano en la Copa Argentina, contra Unión, después de empatar en los 90 minutos y perder por penales. Para un club que tiene en el horizonte inmediato la Copa Libertadores, un torneo que se define justamente en series eliminatorias, esa debilidad pasó a ser un argumento de peso entre quienes dentro de la Comisión Directiva no veían con total convencimiento la continuidad del proyecto.
A eso se sumó un trasfondo político y de vestuario que terminó de erosionar la relación. Holan pretendía una reestructuración profunda del plantel pensando en la triple competencia del año próximo: refuerzos de jerarquía para dar un “salto de calidad” y la salida de algunos jugadores con historia en el club, incluso referentes de la Copa de la Liga 2023. Desde la cúpula dirigencial, en cambio, el mensaje fue claro: no había intención de desarmar el núcleo del equipo campeón. Ese choque de miradas sobre el futuro deportivo, más el desgaste lógico de un año intenso, abrió una grieta que ya no tuvo vuelta atrás y derivó en la decisión de cortar por lo sano antes de tiempo.
Mientras tanto, el club ya empezó a mirar hacia adelante. Con la Libertadores a la vuelta de la esquina y un plantel armado para competir fuerte, la dirigencia de Rosario Central aceleró el tablero de nombres para el banco. En ese listado aparecen candidatos de peso: Eduardo “Chacho” Coudet, señalado puertas adentro como el “candidato natural”, junto con Juan Antonio Pizzi y Ramón Díaz, entre otros entrenadores que orbitan el radar auriazul. El desafío no es menor: se trata de encontrar un reemplazante que pueda sostener la vara alta que dejó Holan en el torneo local, corregir el Talón de Aquiles de los mata-mata y, al mismo tiempo, gestionar un vestuario cargado de figuras y expectativas en un Central que se acostumbró a que diciembre, otra vez, llegue con un cimbronazo en el banco de suplentes.